DESASNARIO -La posible distribución de la "píldora del día siguiente" por el Estado ha desatado toda clase de críticas y loas, unas más encendidas que otras. Lo detestable es que se trate de convencer a los peruanos que la dichosa pildorita no es abortiva, cuando en verdad si lo es. ¿Pero a quien le importa que sea abortiva o no? A la farmacéutica que proveerá el producto y al Estado peruano que lo distribuirá. Y es que el aborto en nuestro país no es legal y ambos estarían incurriendo en un crimen. Súmenle a eso el hecho que casi la totalidad del país es pro-vida y verán que la cuestión es delicada.
El gobierno
y algunas organizaciones civiles salieron al frente para defender la distribución
de la píldora abortiva. Lo infame y vergonzoso es ver como desinforman a la
gente con la secreta esperanza que nadie profundice en averiguaciones. Lo más
insultante es que citen a un médico peruano de cierta fama en EEUU, pero bien
comprometido con farmacéuticas gringas (tiene más auspiciadores que Usein Bolt)
para asegurarnos a todos que no es abortiva. Todo un tinglado armado entre
gente del estado, proveedores y ONGes con intereses creados.
Lo que ya
colmo la paciencia de muchos fue ver como vapuleaban al Cardenal Cipriani por
dar su opinión al respecto, como guía del Perú católico era su deber. Los
mismos que después ensalzaban y ponderaban las opiniones favorables de
homosexuales, comunistas y abortistas. Sin embargo la mentira tiene patas
cortas y verdad siempre triunfa, tarde o temprano pero sale avante. La cajita
que contiene la "píldora del día siguiente" que se expende en EEUU,
dice claramente que sería abortiva. La Ministra de Salud nos debe una explicación
y más le vale que lo haga pronto porque las mentiras siguen apilándose. Que no
nos doren la píldora.
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