Escrito por Elvis Occ -Creo que
fue en tercero de secundaria cuando la profesora de inglés nos dio a todos los
borricos de mi salón, una única y última oportunidad para redimirnos. Casi
todos en su clase estábamos muy cerca de salir jalados en ese curso. Cinco
puntos extra en la nota final si presentábamos un trabajo -tema libre- que
valiera la pena, pero completamente en Ingles era nuestro salvavidas. Un amigo
y yo escogimos cantarle una canción del grupo Alan Parsons Project: Eye in the
Sky. Copiamos la letra de una revista muy en boga por esos tiempos llamado
Funky Town, la memorizamos y practicamos hasta la náusea. Si les digo que a la
profesora le encanto seria poco, hasta soltó unas lágrimas y salvamos el curso.
Si el "chato" Paredes lee esto dirá que no miento.
Algunas
líneas de la canción una vez traducidas al castellano, capturaron mi atención y
se me ocurrió averiguar lo que inspiro a Alan Parsons. Cual va siendo mi
sorpresa que el álbum completo fue inspirado por el libro: 1984, escrito por George
Orwell. Una novela clasificada por la BBC (The Big Read) entre las 10 más
leídas en el reino británico. La novela narra las peripecias de una pareja de
rebeldes en Oceania (algo como la CEE), una de las tres naciones que dominan el
mundo en 1984. En esa parte del mundo está prohibido el individualismo y el “Gran
Hermano” está siempre observándote, vigilando. La historia es constantemente
revisada y reescrita por el “Ministerio de la Verdad” y hasta pensar es altamente
peligroso.
El
Ministerio de la Verdad, en la novela 1984, está encargado de la educación, las
artes, noticias y propaganda. Una de sus funciones es darle el
"correcto" significado a las palabras y redifinir conceptos. Y es
aquí donde nos detenemos a llamar la atención de todos. En estos precisos
momentos las corrientes izquierdistas del mundo utilizan su penetración en la
cultura y las ciencias al más puro estilo gramsciano y tal como lo recomendara
Marcuse, para cambiar el significado de palabras y manipular conceptos. Sus
caballos de Troya para tomar por asalto nuestra civilización occidental
judeo-cristiana son los movimientos feministas, ecologistas, homosexuales y el
llamado politicocorrectismo.
A lo largo
de décadas de tesonera infiltración han llegado hasta las altísimas cupulas de
la política globalizadora de la ONU, por ejemplo, y hasta los predios más
cultos de la crema y nata del conocimiento humano. Con su mal uso del
globalismo han secuestrado la libertad de pensar de actuar y hasta de hacer
política. En este mundo cada vez más parecido a "1984", ser Liberal
ha adquirido un significado "corregido". Ahora ser Liberal significa
reconocer que el homosexualismo es genético y no una opción personal o que el
calentamiento global es una verdad absoluta.
En pleno
siglo XXI ser Liberal para algunas brillantes mentes orwelianas es plantear el
aborto desde una perspectiva de derecho predial o simplemente rechazar la fe
religiosa como un cretinismo a ser lobotomizado del homo sapiens. Eso no es
Liberalismo y quisiera decir que es despotismo, pero ni a eso llega. El
liberalismo defiende la libertad individual para hablar, obrar, pensar,
escribir, inspirarse, gozar y hasta morir, pero también hay libertad para
persuadir. Ni el estado, ni ningún ente privado deben limitar la libertad a no ser por voluntad
propia o porque constituye una amenaza mortal para el mismo o su entorno y aun
así eso también es apelable.
Los
marxistas y sus tontos útiles han infiltrado el mundo académico (la Universidad
Autónoma de Madrid por ejemplo) para trastocar, manipular y falsear,
definiciones y conceptos políticos desde la catedra. Desde lo simple hasta lo complicado.
"Muchas y muchos" es un ejemplo reciente (rechazado por la RAE) pero
la redefinición de Liberal que hasta hoy nadie ha rechazado es lo que nos
concierne. Los más avisados que ya notaron tal despropósito, llaman a sus
portaestandartes "liberoconfusos" con justa razon. "Ministerios
de la Verdad" como en la novela de George Orwell hay en varios países, y
mucho me temo que sus altavoces son en su mayoría tontos útiles de una arrogancia
intelectual que los hace presa fácil de los Winston Smith, el secretario del
Ministerio de la Verdad en “1984”.
Sin embargo
yo abrigo la esperanza que un par de rebeldes por allí, nos canten la letra de
alguna música inspirada en esta cosa orweliana que está pasando con el
liberalismo en pleno siglo XXI, de lo contrario vamos indefectiblemente camino
a 1984. No tendremos libertad de opinar distinto sobre temas como el calentamiento
global, el aborto, la ideología de género, el feminismo o el partido de
gobierno, so pena de ser censurados por parte de entes estatales y hasta privados. La iniciativa del individuo
como tal estaría penada y nuestro mundo sería reemplazado por algún proyecto de
reingenieria humana o algo que calze con lo "políticamente correcto",
diría Stalin en una reunión con liberoconfusos. Impidamoslo desde la derecha,
hoy que aún estamos a tiempo.
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