PERU21 -Seamos adultos: sería calamitoso para el país que una gran empresa como Graña y Montero (GyM) terminase eventualmente colapsando por sus malas juntas con Odebrecht y otros angelitos brasileños: miles de empleos se perderían, se tendría un gran bajón negativo en el crecimiento del PBI y los aportantes de las AFP (el 40% de acciones aproximadamente, seguidas de fondos de inversión) sufrirían un serio revés en sus ahorros actuales y futuras pensiones de vejez. ¡Nada bueno para nadie!
Lo más cuerdo sería, mientras sigan las investigaciones y se deslinden responsabilidades penales, que ese entre 17% y 30% de acciones que pertenecen a todos aquellos propietarios familiares y altos funcionarios cuestionados pasen a ser administradas por un fideicomiso independiente; se le entregaría así provisionalmente la administración de GyM a un equipo competente y sin ningún viso de posible corrupción, tal como se hizo años atrás exitosamente con el administrador Crosby en Canal 4, tras la salida de los Crousillat. Ojo que la actual GyM no solo puede tener problemas en el Perú: esta firma cotiza con ADRs en la bolsa neoyorquina, por lo que la SEC y el Department of Justice podrían aplicarles el draconiano Foreign Corrupt Practices Act.
Como están las cosas, incluso iría más allá y hasta también le cambiaría la razón social para dar la señal formal de un proceso de purificación, poniéndole algo así como un neutral “Grúas y Maquinarias”, dado que la marca actual ya está muy vapuleada. Y creo que también se debe eliminar ese mentiroso mito mal intencionado de que el Sr. Graña controla a EC (¡solo tiene el 6% del accionariado!) con otro fideicomiso neutral y provisional sobre esas acciones. Se impone una Realpolitik empresarial.
El dilemma es: ERES O NO ERES! Toda accion tiene consequencias no hay medias tintas! Lamentablemente el Honor se salva con el Hara-Kiri
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