EXPRESO -¿Por qué la Fiscalía no avanza en investigar clarísimos hechos de corrupción que involucran a las activistas de izquierda Susana Villarán, Verónika Mendoza y Marisa Glave? ¿Hay gato encerrado? ¿Tienen corona? La verdad es que Mendoza no sólo aparece envuelta en el estiércol de las “Agendas de Nadine” -desde que su nombre figura al lado de cifras de dinero negro y nombres que ventila la Justicia- sino que en sendas páginas de aquellos cuadernillos la propia Mendoza ha dejado huella al haber escrito, de puño y letra, diversas anotaciones relativas a hechos que la Judicatura cree que responden al crimen de lavado de dinero. A qué extremo de temor habrá llegado Mendoza que se ha negado a practicar la prueba dactilográfica, para evitar así que los peritos concluyan que, en efecto, su escritura está impresa en las agendas delatantes. En consecuencia, ¿por qué tanta permisividad con esta representante de la izquierda que se jacta de moralina, mientras los indicios confirman que está envuelta en hechos delincuenciales lindantes con el cohecho, tráfico de influencias y lavado de activos? ¿Qué hay detrás de este trato preferencial de los fiscales que supuestamente ventilan los escándalos de corrupción, frente a la manera como tratan a los líderes no zurdos?
Igual sucede con Susana Villarán, quien fue citada con guantes de seda para que rinda manifestación como testigo por hechos graves cometidos por la Municipalidad de Lima durante su paso por la alcaldía. “Estoy retirada de la política, por favor déjenme tranquila”, fueron su únicas palabras a un periodismo sumiso que, salvo excepciones como EXPRESO, evitó cuestionar a la ex–burgomaestre capitalina. El hecho de tratarse de una política socialista, ¿acaso le concede alguna bula frente a la prensa para que ésta se inhiba de exigirle respuestas claras sobre indubitables indicios de corrupción, como los que plantean sendos contratos firmados por Villarán? Entre otros el que entregó a Odebrecht por cuarenta años la concesión de la carretera que enlaza Ancón y Pucusana, la vía de urbana mayor tráfico de vehículos que tiene Lima. En paralelo Susana Villarán debe aclarar de dónde –sino de Odebrecht, OAS, etc.- salieron los millonarios fondos para cancelarle los servicios a Luiz favre, agente del corrupto/corruptor Lula. ¿Qué espera entonces el Ministerio Público? ¿Por qué tanta parcialidad con la zurda?
Con Marisa Glave ocurre simplemente que fue la mesa de noche de Susana Villaran. Basta ese sólo hecho para comprenderla en la misma investigación que abarca a la ex alcaldesa, por las trapisondas contractuales suscritas por la gestión Villarán –a la que Glave sirviera tan vehemente como interesadamente- con Odebrecht, OAS, Camargo Correa, etc. Asimismo por el presunto aporte encubierto de una de las constructoras brasileñas utilizado para solventar la campaña contra la revocatoria de la ex alcaldesa. Glave, Mendoza y Villarán están metidas en un mismo saco: el de la corrupción disfrazada de ayuda a los pobres. Señores, este trío de lideresas zurdas, al igual que Nadine y Ollanta Humala, defraudaron a la democracia para enriquecerse. ¿Qué dice la Fiscalía?
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