Y entonces
Phillip Butters (en COMBUTTERS) le enrostro al ex congresista Daniel Abugattas,
su culposa ingenuidad durante el gobierno de Ollanta Humala. Este con el
cinismo propio del político peruano cabron, soltó una frase para la histeria o
la historia, según como usted lo vea. Dijo literalmente que lo habían webeado.
Seguidamente el “Sabelon” comento que PPK estaba metido hasta el cuello en el escándalo
de Odebrecht pero que todo mundo se hacia el sueco. Fue tanta la insistencia de
Phillip con el tema, que Abugattas solto otra frase para la posteridad: Hay que
hacerse el cojudo, mientras pase las catástrofes.
Si
Alejandro Toledo no es extraditado desde EEUU porque las autoridades peruanas
arruinan sospechosamente el cuadernillo legal por enésima vez, hagámonos los
cojudos. Si Ollanta Humala y Nadine Heredia son investigados con una displicencia
y desgano propios del que no busca procesarlos, hay que hacernos los cojudos.
Si GyM dice que no participo en los sobornos por varios millones de dólares en
complicidad con Odebrecht a pesar de declaraciones contrarias en la Fiscalía de
Brasil, hagámonos los cojudos. Si la remodelación de la inservible Refinería de
Talara con cada año que pasa cuesta un promedio de 400 millones más, hagámonos los
cojudos. Y si los ppkausas acomodan a su “amigo con derechos” o al pariente “lejano” -que ni tiene título de CENECAPE- en el gobierno, no jodan y hagámonos los cojudos.
Si PPK como
presidente es un anciano medio inútil, desatinado y en veces hasta berrinchudo,
hagámonos los cojudos. Si meten la Ideología de Genero en el currículo escolar
disfrazado de cualquier nomenclatura progre, hagámonos los cojudos. Si los LGTB
y sus 150 tipos de género quieren una ley específica para ell@s, cual especie única
y en peligro de extinción, hagámonos los cojudos. Si la PCM y el Ministerio de
Cultura utilizan nuestros impuestos para contratar TROLLS profesionales que
juegan a pokemon-go cazando tuiteros de la oposición, hagámonos los cojudos. Si
la mayoría de los medios pierde veracidad y objetividad a causa de la generosa
propaganda estatal que corrompe su línea editorial diariamente, hagámonos los
cojudos.
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